domingo, 11 de enero de 2009

Mercenarios electrónicos de la calumnia



Las nefastas campañas de desprestigio, dirigidas a políticos bien posicionados en el ánimo del electorado, en últimas fechas han engordado dramáticamente nuestros correos electrónicos. Mercenarios de la calumnia están tratando de desprestigiar sin fundamento, personas honorables por el puro hecho de aspirar ha un puesto de elección popular. Nosotros por nuestra parte, indefensos, recibimos

cotidianamente estos catálogos de podredumbre, que tratan de incidir en nuestro ánimo y alimentar la insidia e infamia. Sin embargo, y a pesar de “la mala leche” con que estos textos de marras son escritos, algunos de los usuarios de la gran red y específicamente del correo electrónico, reciben, leen y reenvían estos textos difamantes, sin considerar el daño que se hace. ¿Será por morbo, por ingenuidad o por placer?, habrán muchos será, pero la realidad es que el solo hecho de reenviar estas calumnias, los usuarios del email que lo hacen, están formando parte de la diatriba. Muchas personas ven al internet como una fuente inagotable de conocimiento, y que todo lo que de él viene es la verdad absoluta o la neta del universo. Nada más alejado de la realidad; lamentablemente el internet es un enorme espacio público sin control alguno; cualquier persona con conocimientos mínimos de computación puede crear no uno, sino cientos de correos electrónicos, páginas web, blogs, facesbooks, Hi’s5’ y lo que se le venga en gana de manera absoluta y totalmente anónima. Esto es lo que están haciendo los Jaimes López, los Manueles Jiménez y los Robertos Esparzas que a últimas fechas se han interesado mucho en la vida privada de algunos aspirantes a candidatos de diversos partidos. Estos mercenarios de la infamia, vierten su ponzoña en estos textos maniqueistas, con el abyecto fin de desprestigiar y calumniar de una manera absolutamente cobarde; ya que escudados en el anonimato pretenden difundir sus ataques, confiando en el morbo característico del mexicano. ¡Nosotros tenemos en nuestras manos el arma secreta para evitar que los infundios se multipliquen!, basta un click para mandar al demonio ese veneno. Eliminemos los correos sin abrirlos, no los reenviemos, marquemos al contacto como correo no deseado; y aún mejor, notifiquemos a nuestro servidor de correo que se está recibiendo correo spam desde el domicilio atacante. Si Hotmail, Yahoo, o Google son notificados, darán de baja el correo atacante. Al mercenario le quedará solo abrir una nueva cuenta, misma que nacerá como correo no deseado, misma que volveremos a notificar como spam. Esto es una guerra, donde los agredidos somos nosotros los usuarios de correo electrónico, debemos dar la batalla y mandar de una vez por todas al diablo a estos, los MERCENARIOS DE LA CALUMNIA.
Esta columna se publicó el día domingo 11 de enero de 2009 en los perdiódicos Ecos de la Costa y Correo de Manzanillo, las páginas web Manzanillo.tv y tucolumna.com de Colima, Colima, México.

Ahí'la.