jueves, 8 de mayo de 2008

Youtube de la diversión al abuso.



Nacido en febrero de 2005, este importante portal de alojamiento y publicación de vídeos de toda índole, es hoy por hoy uno de los sitios más socorridos de la red. Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim, ex-empleados de la firma de transacciones económicas por internet Paypal , diseñaron, desarrollaron, lanzaron, posicionaron y finalmente vendieron a Google este portal por la cantidad de 1,650 millones de dólares, en 2006.

Con un sistema de búsqueda inteligente a través de tags (palabras concretas, cómo “colima”, “perro”, “música” o “bailando”), los usuarios pueden cómodamente clasificar sus vídeo a la hora de “subirlos” o buscarlos para su consulta, lo que garantiza una presencia importante en la red para los consumidores, que por cierto, son millones. Aún cuando las políticas de Youtube son muy estrictas con respecto a los derechos o Copyright de lo materiales, miles de usuarios suben
diariamente clips de audio o vídeo protegidos contra su copia, distribución o publicación ilegal; anuncios de televisión, videoclips de cantantes famosos, programas de tele, de radio, imágenes de personajes y un titipuchal de vídeos caseros donde se ridiculiza, denosta o ventanea a políticos, artistas, vecinos, amigos, compañeros de escuela, funcionarios públicos e incluso familiares. Sin embargo, no todos los materiales son auténticos, existen miles y miles de fakes (montajes donde se cambia la cara o cuerpo del personaje central, o se suplanta con personas parecidas, con el objeto de que aparentar ser genuinos), estos fakes generalmente son utilizados para desacreditar a famosos, o incentivar el morbo de los consumidores. No obstante, de acuerdo a las políticas de Youtube, los materiales se conservan publicados hasta que el ofendido no solicita por escrito su retiro de la red. Un ejemplo claro de esta situación es la demanda de Viacom (matriz de MTV) que solicitó a Youtube el retiro de más de 100,000 videoclips cuyos derechos de autor son de MTV, con la diferencia de que en esta demanda Viacom pide a Youtube 1,000 millones de dólares por daños. El litigio inicio en febrero de 2007 y está por resolverse.
Sin embargo, desde su nacimiento han surgido miles de usuarios que no miden las consecuencias de sus publicaciones y han caído en una trampa puesta por ellos mismos, un caso específico es el de un motociclista noruego que filma su loca carrera por una ciudad de ese país a una velocidad de 240 km por hora, el sujeto graba su proeza y en una toma muestra el velocímetro. La policía noruega logró indagar su identidad y paradero y le enderezó una multa cuantiosa, por manejar a más de 133 km por hora. Los peritos viales de esa ciudad no pudieron constatar que el sujeto efectivamente iba a 240 km por hora, si lo hubieran logrado, la pena no solo hubiese sido monetaria sino también carcelaria.
Miles de ofendidos existen en nuestro país por vídeos difamantes y ofensivos, miles de usuarios hacen guerra sucia a través de este medio de difusión masiva en México, y las leyes no han sido reformadas para frenar un poco este abuso de estos usuarios. Imagínese usted la cara de un padre de familia cuando accidentalmente encuentra en la red un vídeo de su hija en circunstancias comprometedoras con fulano de tal, ¿y la privacidad?, la neta, la verdad, no hay derecho…

Actualmente en vísperas de campañas políticas, Youtube esta inundada de mensajes para denostar y desacreditar -a buen recaudo, y de la manera más vil y artera- a diversos actores e instituciones políticas. Colima no está exenta de estos truhanes anónimos que ha falta de gûevos se esconden en la comodidad de un ciber de cuarta, para verter su veneno en detrimento de los demás, tratando de torcer y dañar la credibilidad de personas honestas.
Pero debemos decirles a estos sujetos, que en Colima las personas no somos “nangas” y que definitivamente tenemos criterio para diferenciar un estúpido intento de desacreditar, de una verdadera denuncia social, con nombres apellidos y firmas.

Este artículo se publicó el 4 de mayo de 2008, en el periódico Ecos de la Costa de Colima, Colima, México.

Ahí’la.