domingo, 2 de marzo de 2008

Maistro, me falla el disco duro



Pensando en este rollo de las computadoras, todas sus ventajas, desventajas y lo feliz que pueden hacer a un apasionado como yo, o lo miserable que pueden hacer sentir a un usuario poco avanzado; me puse a divagar sobre las “curiosas similitudes” que una compu tiene con la cabeza humana.

Entrecomillé la frase curiosas similitudes en virtud de que estoy cierto en que estas semejanzas no son obra de la casualidad, ya que si analizamos bien las mismas, veremos que el hombre optó por inventar una cabeza cibernética con cables, plata, plástico, aluminio y silicona.
Una compu se compone básicamente de 2 elementos clave 1.- El CPU: lugar donde se concentran todos los controladores, memoria y dispositivos que permiten actuar en conjunto al equipo digamos que es el centro de control, digamos que es el cerebro. 2.- Los periféricos: cámara web, impresora, micrófono, bocinas, escáner, pantalla, etc.; estos periféricos bien podrían ser los órganos sensoriales que suministran la información del exterior al cerebro, veamos: una cámara web bien podrían ser los ojos; las bocinas, el habla; la impresora, nuestra escritura; y el micrófono los oídos. En el caso de sentido del gusto, se me antoja equipararlo con los sensores internos de humo, que algunos modelos tienen para cortar la corriente en caso de corto circuito.
Como vemos, no es difícil imaginarse una computadora actuando como cabeza, pero, lo realmente incomprensible es la enorme cantidad de información que un cerebro humano puede procesar y almacenar diariamente. Una cantidad que de acuerdo a estudios “medio pachecos” que encontré por Internet, está cercana a los 114 millones de Terabytes. ¡Ouch¡.
Esta cantidad galáctica es absolutamente difícil de digerir, pero trataré de explicármelo públicamente y de paso compartir los resultados con ustedes, amigos lectores.
Esta tablita nos ayudará un poco a comprender las dimensiones:
8 bits = 1byte
1024 bytes = 1Kb
1024 Kb =1 Mb
1024 Mb =1 Gb
1024 Gb =1 Tb
Un Terabyte equivale a más o menos a 1,024 gigabytes, por lo que podríamos hacer la siguiente ecuación para más menos orientarnos. Si en un Gigabyte caben dos horas de video y audio de buena calidad (¡claro!, depende del formato, compresión, resolución, etc.), quiere decir que en un Terabyte podrían caber 2,048 horas de video compuesto, y en los 113 millones y pelos de Terabytes que según dicen, tiene el cerebro humano (no importa el coeficiente intelectual) cabrían 231,424 millones de horas de video compuesto. Si el ser humano sin dormir estuviera “viendo y oyendo” (por naturaleza queda grabado en la memoria) las 24 horas del día, en un promedio de 80 años de vida se almacenarían 700,800 horas de audio y video que nos darían un uso de apenas 342 Terabytes… ¡Ingeasu…! Pa’ tener 113 millones disponibles, no usamos casi nada…
Pero bueno, los más doctos en la materia me podrán decir que no sólo la vista y el oído almacenan información en nuestro cerebro; dirán que el tacto también debe registrar información, que los sentimientos como el amor, el odio, la incidía, la tristeza, el lívido y otros chunches también consumen almacenamiento. Bla, bla, bla. La verdad es que estamos en pañales en esos temas de “storage cerebral”, y que pasarán muchas versiones de Windos y Leopard antes que nosotros podamos entender apenas en un porcentaje mínimo las capacidades de nuestro cerebro.
Tuba Libre le recomienda utilizar más su capacidad de almacenamiento cerebral,- no vaya a ser que se le deteriore-, lea, vea cine, platique, interactúe, ame, sufra, llore, ría, comparta, estudie, investigue, aprenda, sienta y toque… tiene 113 millones de terabytes por llenar, y eso mi querido lector, es un chingo.
Este artículo se publicó en los periódicos Ecos de la Costa y El Correo de Manzanillo de Colima, México.
Ahí'la